Aguada Park está en expansión. La zona franca abre las puertas de su tercer edificio, con tres plantas de 2.000 metros cuadrados (m2) en una apuesta por seguir atrayendo a empresas con vocación de exportar sus servicios al mundo desde Uruguay.
La nueva obra, iniciada en 2019, supuso una inversión de más de US$ 14 millones y de otros US$ 2 millones en equipamiento. El primer piso consta de 36 oficinas y espacios de trabajo adaptables a las necesidades de las empresas; más del 50% ya está alquilado. El piso dos está en plena comercialización y el tercero recibirá a Mercado Libre, que hoy trabaja en el piso 3 del edificio uno de Aguada Park (ambas oficinas se conectan por un puente).
La decisión de encarar la nueva torre se remonta a 2017, recordó el CEO de Aguada Park, Roberto Yannuzzi. Entonces, el complejo estaba alcanzando su ocupación máxima y las empresas comenzaban a requerir más espacio. Para cumplir con esa demanda, «necesitábamos una torre que en vez de ser vertical fuera horizontal», señaló.
La pandemia fue un punto de inflexión para el proyecto. Al cerrarse las fronteras, la toma de decisiones sobre alquilar espacios de trabajo se dificultó, ya que desde las grandes empresas no podían ir a ver las oficinas. El centro reaccionó armando oficinas más pequeñas pensadas para empresarios extranjeros residentes en Uruguay, firmas locales y de la región. «Adaptamos el producto a algo que pudiéramos cerrar localmente», apuntó Yanuzzi.
Juan Carlos Rodríguez, director comercial de Aguada Park, aseguró que, pese al avance del sistema híbrido de trabajo, la demanda de metros cuadrados de oficinas no decayó. La explicación está en que «la distancia entre funcionarios creció, sumado a los casos de empresas que se están expandiendo».
En Aguada Park Aguada Park trabajan unas 3.000 personas; el nuevo edificio aportará entre 1.000 y 1.500 nuevos empleos. En el complejo operan firmas de distintas industrias, no solo tecnológicas sino también estudios de servicios profesionales, empresas de soporte a sanatorios de EE.UU., seguros internacionales, servicios de back office, tradings y brokers, entre otros.
La ubicación geográfica de Aguada Park, cercana al Puerto, a oficinas estatales y con servicios a su alrededor, así como su buena conectividad con otras zonas de la ciudad, es un atributo que valoran las empresas y los trabajadores, destacó Rodríguez. «El 80% de la gente viene en ómnibus o bicicleta», dijo.
La cercanía también busca definir el vínculo con los empleados de las empresas, coincidieron los ejecutivos. La premisa es generar «comunidad» entre los empleados como forma de ayudar a los clientes a retener el talento. Así, organizan eventos de camaradería (con buen tiempo se celebran en la azotea ajardinada), brindan beneficios (cobertura médica y gimnasio, entre otros) y realizan campañas con causas sociales y ambientales.
La tecnología también tiene su papel. Aguada Park cuenta con un «Gran Hermano», como bautizaron al centro de comando donde todas las áreas de la zona franca son monitoreadas en tiempo real. El Data Center, en tanto, está preparado para almacenar la información de las empresas con los más altos estándares de seguridad.
El rasgo que engloba a la zona franca zona franca es la flexibilidad. «Podemos hacer un traje a medida de lo que el cliente necesita», remarcó Rodríguez. «Nos identificamos como una zona franca boutique, flexible, cerca del cliente. Tenemos un trato directo, no somos una mega zona franca», completó. Yannuzzi ya mira a la próxima etapa: cuando en noviembre se abran las fronteras para extranjeros, el objetivo será atraer al público de negocios general.