Los más de 30 años de continuidad de la normativa de zonas francas en Uruguay demuestran que se ha vuelto una política exitosa del estado uruguayo para la atracción de inversiones.
En nuestro país, casi US$ 1 de cada US$ 3 exportados se produce desde zonas francas, lo cual comprueba que se ha vuelto un factor determinante para los inversores.
En un mundo que tras el impacto del COVID-19 tiende a cerrarse comercialmente y aumentar sus restricciones, este modelo exitoso de desarrollo se vuelve una herramienta útil para el futuro de los vínculos comerciales.
Asimismo, según el Director Ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Agustín Iturralde, las zonas francas nacionales “son quizás uno de los símbolos más poderosos de la modernización económica de Uruguay post dictadura”, jugando un rol clave en la diversificación de las exportaciones y el aumento de la demanda de empleo calificado.